Mi mamá tiene dos carreras que actualmente no ejerce: Ella viene de una familia que en un inicio se encontraba muy limitada pero conforme pasó el tiempo se acomodaron cada vez más y más y más hasta el punto de posicionarse en un muy buen escalón económico. Mi madre sabía cuál era su sueño y aún así sus padres -más mi abuela- la "obligaron" a estudiar una carrera. Ella sacó dos, una técnica en administración y otra en secretaria bilingüe. Ninguna la ejerció por mucho tiempo. Cuando vio la oportunidad, se dedicó a perseguir su pasión: El mundo del calzado.
Yo crecí en un entorno muy sano y bueno y provechoso. Nunca me hizo falta nada, de hecho, hasta me sobraban algunas cosas. Crecí entre desayunos de restaurantes, clubs deportivos y colegios particulares. En comparación a la familia de mi padre, mi hermana y yo teníamos muchísimo más de lo que pudiéramos gastar y/o necesitar. En comparación a la familia de mi madre, mi hermana y yo teníamos apenas lo justo.
Siendo sincera, nunca me ha preocupado mucho el dinero porque incluso cuando no soy de clase política, nada me ha faltado. Tengo una licenciatura que actualmente no ejerzo por razones que van más allá de mi control -por el momento- y siempre he tenido claro mi camino.
Viví en una burbuja la mayor parte de mi vida, mis padres nunca han dejado que mi hermana y yo pasemos ningún tipo de angustia que ellos puedan evitar.
Así que cuando decidí -por los míos, ya saben-, renunciar a mi "lugar seguro", mi plaza, mi trabajo con el Estado "bien pagado", "cómodo" y "asegurado", pensé que las cosas serían un poco complicadas pero no me imaginé hasta qué punto iba a chocar.
Quería escribirlo ayer, se los prometo. Incluso encendí la lap y abrí la página directa del blog para iniciar pero conforme pasaba el tiempo las piernas me dolían y mi dolor de cabeza se acentuaba. Había tenido un día muy pesado de trabajo pero eso no era lo que más me angustiaba, sino que era que había renunciado al trabajo que había tenido por los últimos quince días.
Las cosas no han salido como lo he planeado. O más bien, como lo he deseado porque planear algo no es algo que me salga bien.
Luego de haber renunciado a mi plaza del gobierno, pensé en tomarme unas semanas para descansar y luego reincorporarme en alguna institución para trabajar de maestra. Esas semanas se volvieron meses y para cuando me di cuenta, ya era diciembre y me habían -apenas- pagado el finiquito. Así que con dinero en mi cuenta del banco no me sentí en la necesidad de laborar.
Cuando se me acabó -por allá de febrero, lOL-, me puse a buscar pero el panorama no fue bueno. En realidad fue pésimo, e incluso, durante una entrevista de trabajo para un colegio que buscaba maestra de primaria, fui acosada sexualmente. ASQUEROSO.
Me llené de tristeza y de rabia y me dio un buen de dolor de corazón pensar que yo podía -y puedo- rechazar todos los trabajos que me vengan en gana porque tengo el apoyo de mis padres, pero, ¿Y las mujeres que no pueden? ¿Que tienen que lidiar con aquello porque NECESITAN el trabajo?
Fui de propuesta en propuesta, animada y desanimada, dudando, vacilando y teniendo mis dudas. Cuando estaba a punto de firmar contratos, me daba un buen de pánico y terminaba en los baños de algún Cinépolis llorando.
Recordaba todo lo malo que había vivido en mi trabajo anterior y se me iba el aire de jalón, como si me sofocaran y todo me daba vueltas. Terrible, les confieso.
Pero lo hacía. Fui a muchos lugares a entrevistarme para diferentes tipos de trabajos: Ninguno de mi área de especialidad, pero lugar de donde me llamaban era lugar adonde iba con mis papeles y mi lápiz labial rojo y mi buena actitud.
Pero el tiempo pasó y no encontré nada bueno, nada "decente" como decían mis amigos cuando les comentaba que buscaría un trabajo equis.
OBVIAMENTE mientras esto pasaba no dejé de escribir ni de ir a mi taller de escritura. Mis padres estaban seguros de que yo había renunciado para dedicarme a escribir de lleno, por lo que cada vez que les decía de algún posible trabajo, lo primero que me objetaban era el horario:
¿Y a qué hora vas a escribir, Mariana?
Pude quedarme bajo su ala más tiempo y seguir en mi cómoda zona de escritora mediocre pero no va con mis planes. Necesito el dinero para irme alv de aquí y seguir con mis cosas.
Tons, durante un día bien común y corriente, luego de haberme dado una vuelta por el centro de León para ver si encontraba algo, di con un lugar que andaban buscando personal. Contratación inmediata.
Les prometo que nomás FUI A PREGUNTAR y literalmente al día siguiente ya estaba firmando contrato y con cuenta de banco nueva abierta.
El horario culerísimo pero al parecer el trabajo no requeriría de mucho trabajo intelectual o algo parecido.
Acepté, pues. Me dio igual. "Give yourself a try", como dice The 1975. Así que inicié el siguiente lunes.
Me trataron bien, fueron muy amables y pacientes conmigo. El trabajo era como de almacenista: Yo hacía inventarios y contaba cosas y las acomodaba -porque no había personal-, tons sí era una chinga estar yendo y viniendo. Chinga física, quiero decir. Mientras mi cuerpo se movía de un lado a otro moviendo y sacando cajas y anotando en mi libreta, mi mente divagaba con mis futuros proyectos: Pensaba en adelantarle a los cuentos para X concurso, las siguientes escaletas de mi guión de cine y pensar en el mimors y en que Karli no me ha contestado los whatsapp, y en que estoy bien enojada con Yazmin y con Fany y con Miguel Ángel y con Diian y con Memo y con Ángel y con Jazmin y con todos en general, ugh, y el mundo y el blog y los culeros en mi curiouscat escribiéndome estupideces y en todo.
Cuando llegaba hora de irme a casa, llegaba bien exhausta y todos mis planes se desmoronaban: Estaba tan cansada que ya no podía ni abrir la lap para ponerme a escribir, tampoco podía responder mensajes de whats de mis amigas ni podía llamarle a Karli ni podía buscar memes bonitos para mandarle al mimors ni ganas de pelearme por tuiter o de hacer memes shidos para mi página o contestarle a los haters.
Sólo quedaba mi cuerpo adolorido, recién bañado y mis sentimientos rotos y yo desparramados en mi cama. Y así al día siguiente y al siguiente y al siguiente. Para el segundo día ya había decidido que renunciaría porque el trabajo no me daba la oportunidad de escribir, trabajaba en fines de semana y pasaba muy poco tiempo en casa. Mis papás apoyaron la moción.
Aguanté con todo el ánimo que tenía durante esos quince días -en lo que me pagaban- pero fue muy difícil. Luego de varios días llegué a la triste conclusión de que tal vez nunca encuentre un trabajo que me permita escribir.
Que tal vez el debate es ESCRIBO O TRABAJO. Pero necesito escribir para vivir y necesito vivir para trabajar pero de escribir no puedo vivir y de nada sirve trabajar para vivir si no voy a poder escribir.
O sea que mejor me muero alv.
Renuncié aún así. Les di las gracias por la oportunidad y me fui sin mirar atrás. Ahora tengo que buscar otro trabajo, uno de medio tiempo o sacrificarme otros quince días en un trabajo de 10 horas para tener un ingreso más o menos ajustable a mis necesidades porque esto de la mudanza no va a salir nada barato.
MI PUNTO ES
Qué triste y qué desesperante parece todo. Qué horrible el panorama, no sólo para una maestra de educación especial, sino para alguien joven como yo -en muchos trabajos me rechazaron porque no cumplía con la edad mínima que pedían-, y sobre todo por esto de escribir. Nunca lo vi como un grillete, al contrario, pensaba que escribir podía ser un brincolín a algo más shido pero a veces se siente como una carga.
Si no ardiera tanto en los deseos de escribir, seguro no me habría importado quedarme más años en mi plaza.
Si no tuviera este incansable palpitar dentro de mí por escribir, seguro me habría desarrollado en más ámbitos. O en mejores formas.
Si no deseara tanto ser escritora, podría ~literalmente~ ser feliz en cualquier trabajo/oficio que se me atravesara.
Es la primera vez que veo esto como algo limitante y odio al mundo y al capitalismo y a los hombres -no c qué habrán hecho pero seguro algo hicieron tbh- por ello. Por encadenarme por mis diferencias.
"Si fuera de X manera me iría mejor" pienso constantemente.
Si fuera X no sería Y y pues Y nací y Y me voa morir y más vale que me vaya acostumbrando.
Termino esto diciendo:
Incluso a pesar de todo esto que estoy viviendo y que viviré -porque para acabar, a mí me llueve sobre mojado S I E M P R E, seguro me tocarán vivir cosas más culeras-, tengo la esperanza, a veces débil, a veces fuerte, de que vendrán cosas mejores. Cosas adecuadas para mí. Cosas que sean para mí.
Cosas que yo solita buscaré y que yo solita crearé y entonces ésa será el premio luego de tanta pena.
Y si no llegan nunca esas situaciones y circunstancias y personas y cambios, al menos me moriré en la lucha por ello.
Y, oigan, yo seré todo menos una cobarde.