domingo, 30 de junio de 2019

El futuro, el trabajo y los sueños

Mi papá llegó hasta la mitad de la preparatoria: Él viene de una familia de recursos limitados, fue pobre, no lo suficientemente pobre como para que le faltara un techo pero sí lo suficientemente pobre como para que la idea de estudiar una carrera fuera algo sólo alcanzable si era una carrera técnica que pudiera realizar a tiempo compartido con un trabajo para solventar los gastos. Aún así, él decidió no continuar su educación y se puso a trabajar en una infinidad de trabajos, desde muy pinches a muy buenos.

Mi mamá tiene dos carreras que actualmente no ejerce: Ella viene de una familia que en un inicio se encontraba muy limitada pero conforme pasó el tiempo se acomodaron cada vez más y más y más hasta el punto de posicionarse en un muy buen escalón económico. Mi madre sabía cuál era su sueño y aún así sus padres -más mi abuela- la "obligaron" a estudiar una carrera. Ella sacó dos, una técnica en administración y otra en secretaria bilingüe. Ninguna la ejerció por mucho tiempo. Cuando vio la oportunidad, se dedicó a perseguir su pasión: El mundo del calzado.

Yo crecí en un entorno muy sano y bueno y provechoso. Nunca me hizo falta nada, de hecho, hasta me sobraban algunas cosas. Crecí entre desayunos de restaurantes, clubs deportivos y colegios particulares. En comparación a la familia de mi padre, mi hermana y yo teníamos muchísimo más de lo que pudiéramos gastar y/o necesitar. En comparación a la familia de mi madre, mi hermana y yo teníamos apenas lo justo.

Siendo sincera, nunca me ha preocupado mucho el dinero porque incluso cuando no soy de clase política, nada me ha faltado. Tengo una licenciatura que actualmente no ejerzo por razones que van más allá de mi control -por el momento- y siempre he tenido claro mi camino.

Viví en una burbuja la mayor parte de mi vida, mis padres nunca han dejado que mi hermana y yo pasemos ningún tipo de angustia que ellos puedan evitar.


Así que cuando decidí -por los míos, ya saben-, renunciar a mi "lugar seguro", mi plaza, mi trabajo con el Estado "bien pagado", "cómodo" y "asegurado", pensé que las cosas serían un poco complicadas pero no me imaginé hasta qué punto iba a chocar.



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Quería escribirlo ayer, se los prometo. Incluso encendí la lap y abrí la página directa del blog para iniciar pero conforme pasaba el tiempo las piernas me dolían y mi dolor de cabeza se acentuaba. Había tenido un día muy pesado de trabajo pero eso no era lo que más me angustiaba, sino que era que había renunciado al trabajo que había tenido por los últimos quince días.



Las cosas no han salido como lo he planeado. O más bien, como lo he deseado porque planear algo no es algo que me salga bien.
Luego de haber renunciado a mi plaza del gobierno, pensé en tomarme unas semanas para descansar y luego reincorporarme en alguna institución para trabajar de maestra. Esas semanas se volvieron meses y para cuando me di cuenta, ya era diciembre y me habían -apenas- pagado el finiquito. Así que con dinero en mi cuenta del banco no me sentí en la necesidad de laborar.
Cuando se me acabó -por allá de febrero, lOL-, me puse a buscar pero el panorama no fue bueno. En realidad fue pésimo, e incluso, durante una entrevista de trabajo para un colegio que buscaba maestra de primaria, fui acosada sexualmente. ASQUEROSO.

Me llené de tristeza y de rabia y me dio un buen de dolor de corazón pensar que yo podía -y puedo- rechazar todos los trabajos que me vengan en gana porque tengo el apoyo de mis padres, pero, ¿Y las mujeres que no pueden? ¿Que tienen que lidiar con aquello porque NECESITAN el trabajo?


Fui de propuesta en propuesta, animada y desanimada, dudando, vacilando y teniendo mis dudas. Cuando estaba a punto de firmar contratos, me daba un buen de pánico y terminaba en los baños de algún Cinépolis llorando.
Recordaba todo lo malo que había vivido en mi trabajo anterior y se me iba el aire de jalón, como si me sofocaran y todo me daba vueltas. Terrible, les confieso.

Pero lo hacía. Fui a muchos lugares a entrevistarme para diferentes tipos de trabajos: Ninguno de mi área de especialidad, pero lugar de donde me llamaban era lugar adonde iba con mis papeles y mi lápiz labial rojo y mi buena actitud.
Pero el tiempo pasó y no encontré nada bueno, nada "decente" como decían mis amigos cuando les comentaba que buscaría un trabajo equis.


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OBVIAMENTE mientras esto pasaba no dejé de escribir ni de ir a mi taller de escritura. Mis padres estaban seguros de que yo había renunciado para dedicarme a escribir de lleno, por lo que cada vez que les decía de algún posible trabajo, lo primero que me objetaban era el horario:
¿Y a qué hora vas a escribir, Mariana?



Pude quedarme bajo su ala más tiempo y seguir en mi cómoda zona de escritora mediocre pero no va con mis planes. Necesito el dinero para irme alv de aquí y seguir con mis cosas.


Tons, durante un día bien común y corriente, luego de haberme dado una vuelta por el centro de León para ver si encontraba algo, di con un lugar que andaban buscando personal. Contratación inmediata.

Les prometo que nomás FUI A PREGUNTAR y literalmente al día siguiente ya estaba firmando contrato y con cuenta de banco nueva abierta.
El horario culerísimo pero al parecer el trabajo no requeriría de mucho trabajo intelectual o algo parecido.
Acepté, pues. Me dio igual. "Give yourself a try", como dice The 1975.  Así que inicié el siguiente lunes.


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Me trataron  bien, fueron muy amables y pacientes conmigo. El trabajo era como de almacenista: Yo hacía inventarios y contaba cosas y las acomodaba -porque no había personal-, tons sí era una chinga estar yendo y viniendo. Chinga física, quiero decir. Mientras mi cuerpo se movía de un lado a otro moviendo y sacando cajas y anotando en mi libreta, mi mente divagaba con mis futuros proyectos: Pensaba en adelantarle a los cuentos para X concurso, las siguientes escaletas de mi guión de cine y pensar en el mimors y en que Karli no me ha contestado los whatsapp, y en que estoy bien enojada con Yazmin y con Fany y con Miguel Ángel y con Diian y con  Memo y con Ángel y con Jazmin y con todos en general, ugh, y el mundo y el blog y los culeros en mi curiouscat escribiéndome estupideces y en todo.
Cuando llegaba hora de irme a casa, llegaba bien exhausta y todos mis planes se desmoronaban: Estaba tan cansada que ya no podía ni abrir la lap para ponerme a escribir, tampoco podía responder mensajes de whats de mis amigas ni podía llamarle a Karli ni podía buscar memes bonitos para mandarle al mimors ni ganas de pelearme por tuiter o de hacer memes shidos para mi página o contestarle a los haters.

Sólo quedaba mi cuerpo adolorido, recién bañado y mis sentimientos rotos y yo desparramados en mi cama. Y así al día siguiente y al siguiente y al siguiente. Para el segundo día ya había decidido que renunciaría porque el trabajo no me daba la oportunidad de escribir, trabajaba en fines de semana y pasaba muy poco tiempo en casa. Mis papás apoyaron la moción.
Aguanté con todo el ánimo que tenía durante esos quince días -en lo que me pagaban- pero fue muy difícil. Luego de varios días llegué a la triste conclusión de que tal vez nunca encuentre un trabajo que me permita escribir.
Que tal vez el debate es ESCRIBO O TRABAJO. Pero necesito escribir para vivir y necesito vivir para trabajar pero de escribir no puedo vivir y de nada sirve trabajar para vivir si no voy a poder escribir.
O sea que mejor me muero alv.


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Renuncié aún así. Les di las gracias por la oportunidad y me fui sin mirar atrás. Ahora tengo que buscar otro trabajo, uno de medio tiempo o sacrificarme otros quince días en un trabajo de 10 horas para tener un ingreso más o menos ajustable a mis necesidades porque esto de la mudanza no va a salir nada barato.




MI PUNTO ES

Qué triste y qué desesperante parece todo. Qué horrible el panorama, no sólo para una maestra de educación especial, sino para alguien joven como yo -en muchos trabajos me rechazaron porque no cumplía con la edad mínima que pedían-, y sobre todo por esto de escribir. Nunca lo vi como un grillete, al contrario, pensaba que escribir podía ser un brincolín a algo más shido pero a veces se siente como una carga.

Si no ardiera tanto en los deseos de escribir, seguro no me habría importado quedarme más años en mi plaza.
Si no tuviera este incansable palpitar dentro de mí por escribir, seguro me habría desarrollado en más ámbitos. O en mejores formas.
Si no deseara tanto ser escritora, podría ~literalmente~ ser feliz en cualquier trabajo/oficio que se me atravesara.


Es la primera vez que veo esto como algo limitante y odio al mundo y al capitalismo y a los hombres -no c qué habrán hecho pero seguro algo hicieron tbh- por ello. Por encadenarme por mis diferencias.

"Si fuera de X manera me iría mejor" pienso constantemente.



Si fuera X no sería Y y pues Y nací y Y me voa morir y más vale que me vaya acostumbrando.


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Termino esto diciendo:

Incluso a pesar de todo esto que estoy viviendo y que viviré -porque para acabar, a mí me llueve sobre mojado S I E M P R E, seguro me tocarán vivir cosas más culeras-, tengo la esperanza, a veces débil, a veces fuerte, de que vendrán cosas mejores. Cosas adecuadas para mí. Cosas que sean para mí.
Cosas que yo solita buscaré y que yo solita crearé y entonces ésa será el premio luego de tanta pena.

Y si no llegan nunca esas situaciones y circunstancias y personas y cambios, al menos me moriré en la lucha por ello.

Y, oigan, yo seré todo menos una cobarde.

lunes, 10 de junio de 2019

Reflexiones sobre el amors cuando estás vomitando en la madrugada

Recuerdo que cuando tenía nueve o diez años, en plena plática con mis amigas de la primaria, me preguntaron que cómo sería mi "hombre ideal".

Yo estaba súper en el clóset y todo eso y aún así por más que intenté visualizar una figura masculina no me llegó nada a la mente. Eso sí: enlisté cada una de las cualidades y/o defectos que me gustaría que tuviera.

NÚMERO 1, que fuera escritorx. ESENCIAL. Porque yo pensaba que sólo alguien en mi mismo oficio podría sentir lo que yo siento y podría ver las cosas como yo las veo y dejar de sentirme sola con alguien es lo principal, así que eso iba de cajón.

Número 2 y 3, que le gustaran los animales y que no fuera posesivx. Si tuviera que hablar de defectos, podría tener cualquiera -incluso el de la inseguridad emocional- siempre y cuando fuera honestx. O sea, por default, mentirosxs están cancelados.


Una lista muy pobre, escueta y súper idealista, ya lo sé. Conforme fui creciendo y madurando, esa lista se modificó: Siguió sin género y sin apariencia, seguía con el amor hacia los animales pero los demás detalles cambiaron: Ya no importaba si era escritorx, ni si era posesivx o egocéntricx. Ya no importaba por quién votaba o qué comida era su favorita. No me importaba si tomaba o se drogaba o cuál era la relación con su familia.

La lista varió pero luego de estos últimos años me di cuenta de algo: Lo que yo buscaba en los demás era lo mismo que yo poseía -o eso quería pensar-

¿Alguna vez encontraría a alguien igual a mí?




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Si han seguido mi blog desde que lo inicié (o no y se unieron después) sabrán que ha sido una montaña rusa todo este asunto.
He luchado contra mis propios prejuicios, me he enamorado y me han roto el corazón y entre todo el desastre la he pasado genial y la he pasado fatal y hay días en que pienso que me voy a morir siendo esclava de mis emociones.
Saben por lo que he pasado, saben lo que he pensado y he sentido y a quién he conocido.

Todo cambia, nada se queda igual.


Por eso, a veces cuando me encuentro con la sangre inundada en alcohol y estoy sola o en un lugar donde evidentemente no pertenezco, no puedo evitar sentirlo conmigo. Que él está ahí, conmigo, en el aire, en la música, en la vibración de la tierra, ahí, dentro de mí, en mis latidos y mis pensamientos, corriendo por mi sangre.
Cierro los ojos y él me llena y al día siguiente o las horas posteriores, no importa lo que esté haciendo, a veces me espanto porque pienso ME HIZO UN AMARRE, NO HAY OTRA MANERA DE EXPLICARLO.



No tengo manera de explicarlo.


¿Quizás porque no hay manera?

Ya lo he intentado entender, le doy vueltas a las cosas y he escrito bastante sobre el tema. Sobre lo diferentes que somos y que aún así somos muy parecidos y sobre todo. Sobre lo bueno y lo malo. Más lo malo que lo bueno.

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Pienso en las veces que hemos terminado y que las razones siempre han sido nosotros. Ni el tiempo ni alguien más ni la distancia ni el calentamiento global ni nada. Si lo hemos hecho es porque somos dramáticos, bien dramáticos, porque nos enfadamos o porque en nuestro aburrimiento necesitamos prenderle fuego a algún aspecto de nuestras vidas.

Y lo odio, de verdad, lo detesto mucho porque es como pelearme conmigo misma ;-; Y me siento bien ofendida y me siento tonta y me siento muy frustrada.

Sus ojos son como pozos y me da miedo asomarme demasiado tiempo en ellos porque sé que me voy a caer y me voy a dar en la *****.

Como escribí hace un año, haciéndoles ver lo demente que estoy, que estamos, sé que vamos a chocar y nos vamos a romper pero siempre valdrá la pena mientras esté él ahí conmigo dándome la mano durante la reconstrucción.
No hay otro hombre en el mundo con el que quisiera estar y eso, en este momento, es verdad. Toda la verdad con la que puedo hablar y amar y ser y existir, ya saben.


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Sigo creyendo que me amarraron. (¡¿Cómo se amarra a una bruja?! me han preguntado mis amigues)

¿Me hizo un amarre él?

¿Es burla del destino?

¿Diosita me -nos- hizo un amarre?




Las cosas a veces se ponen difíciles y complicadas porque él es difícil y complicado y yo soy difícil y complicada. A veces me voy a dormir con la sensación de que ya se acabó, que vamos a terminar apenas el sol salga y nos ilumine, nos dé claridad para pensar y nos vamos a dar cuenta de que lo que estamos haciendo está súper de locos.

A veces me asusto yo con mis propios pensamientos sobre el tema y aunque el pánico es inevitable y me dan ganas de sentarme en la banqueta a llorar, la calma llega como una nube gris y fría, dulce.


Está todo bien.


Vamos a estar bien.

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Por favor, nunca dejen que vuelva a tomar más de tres Fourlokos. Es más, más de dos representan la muerte.



lunes, 3 de junio de 2019

amigos que NO son amigos

Amigues, esto me sucedió en julio del 2018, o sea, hace un año.

Cuando pasó, no le conté a nadie. En mi mente quise borrarlo y así fue: Los sentimientos de humillación, de estupidez y de vergüenza me llenaron. El miedo llegó también, enterrando todo a su paso. Al cabo de pocos días o semanas, me atreví a contarle a alguien. En este caso le hablé sobre el asunto a mi amiga que estaba presente -inconsciente- Dianita y a Ingrid -mi ex novia y ex amiga-. Me tardé alrededor de dos o tres meses en poder articulárselo a Fany, mi amiga, porque me sentía apaleada por la vergüenza.

Creo que lo pude predecir. Las señales eran claras, las intenciones, explícitas. Pude huir, pude haber pensado mejor. Pude haberme evitado esta herida en mi corazón, pude haberme evitado ese cardenal en mi brazo izquierdo. Pude haberme evitado el horror y los demás sentimientos y las lágrimas y la sensación de vacío.

No lo hice. De verdad pensé que éramos amigos y que eso seríamos siempre.





Escribí sobre él en mi blog de la edición pasada (-adjunto evidencia aquí ); Mi amiga, con quién hice el viaje a la cdmx en marzo del año pasado, me lo presentó. Fue el primer rostro desconocido que vi. Nos recibió en su casa, nos prestó su cama para dormir. Siempre fue muy amable, nos condujo por la cdmx en la mayor parte del tiempo que estuvo presente. Como era amigo de mi amiga, se la pasó más con ella que conmigo pero cuando se dirigía a mí siempre fue respetuoso. Hubo un momento, recuerdo bien, en que se acercó hacia mí y para hacerme plática, extendió su brazo alrededor de mi espalda para atraerme hacia él y me hacía preguntas.

    -Mariana, si tuvieras que presentarte conmigo con sólo una cosa, ¿Qué dirías?-
    -Me gusta Glee- le confesé. Y él, en medio de todo el zócalo de la cdmx, se echó a reír.

Durante ese viaje me hizo preguntas un poco indiscretas. Que si Diego era mi novio, que si tenía algo con Ingrid. Preguntas que entendí por su mera naturaleza: Curiosidad. Y respondí con tanta diplomacia me nació. Lo entendí. Aprendí a llevarme muy bien con él y cuando terminamos el viaje, me despedí con él de una forma melancólica. "Lo llevaré en mi corazón" me dije a mí misma "Me cae my bien".


Él se presentó como una parte de mí, la parte arrogante y egocéntrica, la parte encantadora y la parte manipuladora de mí. Continuamos la comunicación por whatsapp. Luego de escribir de él, me mandó mensaje y no dejamos ahí la conversación.
Me caía muy bien. Con el tiempo fui descubriéndolo: Se parecía mucho a mí. Se parecía en lo anteriormente expuesto. ¿Cómo iba a negarme a una amistad así?
Él, un par de años más grande que yo, más experimentado en otra área, más vivido, que me podía dar consejos para guiarme. Confiaba mucho en él.

Incluso llegué a notar la incomodidad de mi amiwa Fany -que fue quién me lo presentó- al saber nuestra cercanía.


 -Si quieres lo borro- le dije una noche en nuestra habitación. Yo vivía con ella. Ella negó con la cabeza.
   -No, está bien-


Él y yo habíamos notado que ella se portaba rara con cada uno de los dos. Él me aseguró que eran celos pero como yo le dije a Fany: No hay hombre que se pueda meter entre nosotras. Si tú me dices que lo borre, lo borro alv y no hago preguntas.


No fue así. Él y yo continuamos la comunicación.





Después de un tiempo, quizás un par de semanas, me empezó a decir cosas raras. Muy raras. Adjunto evidencia:


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Cosas que yo tomé como broma. Porque debía ser broma, ¿No?

Él me conocía a mí y había sido testigo de mi relación con el mimors. Él sabía lo que yo sentía porque yo se lo había confiado y aún así no desistió en coquetearme. Pero deben entender algo: No entiendo las indirectas ni las sutilezas. *Literalmente* no puedo. Va más allá de mis capacidades porque soy neurodivergente (salgo de clóset por tercera vez pero ni p2)
Nunca me tomé sus palabras en serio, porque yo había visto su amistad con mi amiwa y pensé, asumí, me imaginé, quise pensar que lo que intentaba conmigo era nomás eso: Una amistad.





Luego de que el mimors y yo nos separáramos en mayo, yo se lo conté a él. Él me escuchó y me oyó llorar y quejarme.
No me abandonó. Y para cuando nos reunimos en julio, pasó.




Luego de yo atender mis asuntos: Ver a Monse, tratar el asunto de mi amistad con ella -cosa de la que escribí aquí ), salí con Ingrid y con mi amiwo Diego Farell. También salí con Dianita y le invité su primer 4 loko. Fuimos directo a mi AIRNB, un departamento pequeño en la Roma.
Mientras ella y yo tomábamos el alcoholcito, llegaron Fany y él. Se nos unieron y convivimos. Reímos, tomamos, fumaron ellos -yo no fumo- y hablamos de cosas muy equis que ahora no puedo recordar. Cuando dieron la una y media de la madrugada, yo me levanté, me puse mi camisón y me fui a dormir.
Esa noche dormí con Dianita y Fany y él se quedaron en el sofá del comedor.



No pude dormir bien porque estuve toda la madrugada levantándome para ir a vomitar. Creo que se me cruzó el 4loko y el tabaco y su marihuana. No pude dormir y cuando dieron las ocho de la mañana me levanté para tomar un baño.

Entre las ocho y media y las nueve y media sentimos un temblor que nos hizo bajar del departamento pero al final resultó en nada (NADIE LO NOTÓ, OMG) Cuando regresamos al depa, pasó.



Yo estaba acostada en mi cama, junto a Dianita que dormía y él entró al cuarto. Se acostó junto a mí. Yo quedé en medio de la cama y mientras miraba mi celular, revisando memes y noticias, él empezó a hablar. No le presté atención.
No fue sino hasta que me acomodé bien en la cama, él puso una de sus manos en mi cintura y me jaló hacia arriba, para verlo a los ojos.

   -Me gustas- dijo.

yo me súper incomodé porque tenía el corazón roto y no quería nada con nadie. No le dije nada y nomás sentí su mano subir por mi cintura hasta mis costillas.


    -Vamos a besarnos- me dijo.

    -No- le contesté.

Él me miró, deseoso y continuó pasando sus manos sobre mis hombros y mi cintura.


    -Ándale, nadie se va a enterar-


    -No- le volví a decir.

Él quiso enterrar su cara en mi clavícula pero me moví. Él paseó su mano por encima de mi falda, con dirección al cierre.


    -Que no, no me puedo enamorar ahorita- le contesté- No tengo el corazón en su lugar-

    -No nos tenemos que enamorar- insistió.

Moví mi cuerpo hacia Dianita, que dormía junto a nosotros.

    -Que no-

Intentó desabotonar mi falda y yo detuve sus manos. Él insistió en besar mi cuello pero me retiré hacia atrás y entonces sentó que una de sus manos se iba a mi brazo izquierdo y me apretó. Me apretó con tanta fuerza que se me hizo un moretón por dos días.

   -No- le dije.

Acercó su rostro una vez, dos veces que la esquivé. Y entonces sentí que su cuerpo se tensaba, se ponía rígido y me tomaba con más fuerza para inmovilizarme.



No sé qué me despertó o qué pasó pero de un momento a otro, nomás sentir esa desesperación, hizo que mi cuerpo se levantara de un salto de la cama y salí huyendo. Me escondí en el baño, lo cerré con seguro y me quedé sentada en el piso, abrazando mis piernas, deseando que Fany se despertara ya.





A los pocos minutos me acordé que había dejado a mi amiwa dormida en la misma cama pero no escuché ruidos sino hasta pocos segundos después porque Fany se había despertado de su siesta. Me quedé ahí, aterrada. No dije nada.
Cuando todos estábamos despiertos, me dediqué a empacar de nuevo mis cosas y me alisé la falda. Tomamos el taxi directo a la estación de camiones y no desayuné ni mencioné nada.







Me costó tiempo asimilar lo que había vivido pero cuando uno de los días después me bañaba en mi casa y noté el moretón en mi brazo, no pude evitar llorar. Me sentía tan pinche imbécil y tan humillada, tan violentada y tan ingenua y tan estúpida que no se me ocurría otra manera de expresarme.
Él no volvió a escribirme y si lo hizo fue algo muy equis. Yo no le dije nada a nadie. Ni a mis papás ni a mi hermana.
Ya me había agredido uno de mis amigos, un hombre homosexual con el que yo había convivido alrededor de diez años, no podía añadir otro.





Como les dije, a las pocas semanas -y porque no podía dormir en paz- le conté a Dianita, porque estaba dormida junto a mí ese día. Le conté a Ingrid, porque ella más que mi ex siempre ha sido mi amiga y siempre me escuchaba y ella me comentó que debía contarle a Fany.


    -¿Pero qué le voy a decir si no pasó nada?- le dije yo
    -Si no pasó nada, ¿Por qué te cuesta trabajo contarle?- ella me contestaba,



Me animé, un par de meses después.



Después de ello, esto es lo cuarto que escribo, contando esta historia. Quería escribirla el sábado o el domingo pero nomás de acordarme se me congelan los dedos, incluso ahora me ha costado trabajo escribirla. Estoy sentada frente a la computadora desde las tres y media de la tarde.



No sé, no sé nada.


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Sólo sé que qué culero sentí, qué culero siento más porque nunca recibí una disculpa ni una explicación y sólo sé que soy una pinche idiota que quiere creer que todos son  buenos cuando no es cierto. Comienzo a creer que todos los que se me acercan nomás es para chingarme.


Me siento muy triste y muy avergonzada y muy idiota y muy agredida.


Y nada, #cancelados todos.
Odio que sean así porque me prueban mal. Yo sólo quiero tener amigos y nomás no me dejan. Prros.