sábado, 26 de enero de 2019

Stalker

No tengo candado en mi cuenta de Instagram, ni mucho menos en mi @ de Twitter. Comparto detalles de mi vida personal en este blog y sus ediciones pasadas. Comparto detalles de mis pensamientos o sentir sobre las situaciones de la vida en Facebook. Mi teléfono ni siquiera está bloqueado y dentro de él están todas las cuentas abiertas: La de Netflix, la de Spotify, la de Twitter, Instagram, Facebook y el Outlook. Creo que la única que tengo que estar metiendo la contraseña es la de Bancamóvil y sólo porque la aplicación solita se sale alv.

Nunca había pensado con detenimiento lo peligroso que puede resultar esto y a pesar de que la gente me ha advertido sobre los candados y así, hasta el mimors me dijo que bloqueara el teléfono, me cuesta trabajo ponerme seria y asegurar todas mis cuentas y dispositivos porque me da mucha ansiedad pensar que se me pueden olvidar las contraseñas y/o patrones y entonces todo valdrá patria entera.

Nunca, en los años que tengo conviviendo con la tecnología así de cerca, nunca, ni siquiera cuando he vivido episodios de ~stalkers~ que encuentran mis cuentas, nunca pensé que fuera tan importante o que debía ser más precavida. Nunca, de verdad.

No fue sino hasta que vi la recién estrenada serie de Netflix, "You", que lo entendí. Llevaba apenas veinte minutos del capítulo piloto cuando pensé: "M-I-E-R-D-A, estoy jodida".



Imagen relacionada




Y no se crean tanto, también siento paranoia pero creo que se reduce a mera información más fija, como mi dirección o mi número de teléfono. No me gusta que la gente sepa dónde vivo, porque me pueden buscar directamente ahí. No me gusta que la gente tenga mi número de teléfono porque pueden llamarme directamente ahí. Sin obstáculos, sin medidas de protección, me pueden encontrar. También tengo tapadas las cámaras de mis dos laptops y procuro tapar la cámara frontal de mi celular.

¿Por qué con las redes sociales las veo más inofensivas? Quizás porque es por elección. Quiero decir, yo elijo qué compartir y qué no. Qué fotos subo a Instagram y qué fotos subo a Twitter. Qué escribo en mi blog y a quién acepto en Facebook.
Y llegué a un punto en el que me emputaba que la gente tuviera sus cuentas con candado porque me parecía -creo que todavía- insufrible. Como hacerse los misteriosos, los interesantes. ¿Es así? ¿Abres tu propio espacio en la internetz, un sitio pÚBLICO, y aún así decides *NO* hacerlo público?

?????


No hay ni un gramo de lógica en eso. Nada. 

¿Entonces para qué abren Instagram si no permitirán que sus fotos abunden en el Feed de alguien más? O en los Hashtags de los demás.

¿Qué tipo de información privilegiada comparten por Twitter que los demás no podemos ver?

¿Cuál es ese misterio? ¿Quién eres tú para ponerle cerradura a algo ~abierto~?


Pero luego de ver esa serie me quedó claro y pienso en lo que he vivido con algunos LOCXS de internet y pienso:

Qué fácil es encontrarme y saber muchas cosas de mí. 

Y sobre todo:

Qué fácil es para alguien obsesionarse con alguien que tiene todo al aire, sin cortinas ni rejas ni nada.


Imagen relacionada


Pero, ¿En qué punto nos convertimos en Stalkers? ¿En qué punto nos intenseamos por saber la vida de los demás? ¿Qué hay de interesante, qué queremos ganar con ello?

Pienso mucho en eso y pienso mucho en algunas situaciones que he vivido:

Lo último que puedo evocar es de la novia celópata de una ex amiga que encontró, NO SÉ CÓMO, mi cuenta de twitter. 
Háganme el favor. ¿Cómo lo encontró, si ninguna de mis cuentas está enlazada? Ni siquiera tengo mi nombre y en los últimos meses he estado cambiando mi arroba.

Por la gracia de Atenea, no tengo idea de cómo pudo haber llegado hasta mi cuenta y lo que sacó de ese encuentro fue caos que terminó rompiendo mi relación de amistad con esta chica.
Usó MIS palabras y mis cosas contra mí. Y aunque no dije nada malo ni me arrepiento de algo, sí fue muy culero.

También pienso en el chico escritor que conocí por twitter y que después me mandó mensaje por messenger luego de HABER BUSCADO MI CUENTA DE FB a la que nunca le di acceso ni lo acepté. Me escribía por tuiter y por messenger. Me caía bien pero a los dos o tres días de platicar me dijo que le gustaba mucho y yo así de: MMMMM DUDE, PLZ NO.  Yo le dije que no le podía corresponder pero que podíamos ser amigos, eso le ofrecí y eso aceptó. Pero su comportamiento se volvió muy errático, al punto de hablarme diario, cada ocho horas. Literalmente desde que se levantaba hasta que se dormía. Y empezó a decir cosas raras como que el mimors era su "rival de amores" y OMG QUÉ INSUFRIBLE QUE CREA QUE SOY UN PREMIO A GANAR. Lo peor vino cuando me bloqueaba por días, porque se enojaba que yo estuviera con alguien más, y no me decía nada. Y yo ahí como mensa preguntándole que qué carajos tenía.

Esa amistad se terminó porque yo ya no quería seguir en su montaña rusa, así que le dije que mejor ahí la dejáramos y bai.

Sin embargo, la historia no paró ahí. ENCONTRÓ MI INSTAGRAM, no sé cómo ni por qué. Y veía mis historias. Luego de al menos tres años, a veces todavía se mete a mi instagram y ve lo que pongo. No sé si sigue  leyendo este blog, si sí, TÚ SABES QUIÉN ERES.

Resultado de imagen para oliver y marissa the oc


No lo entiendo, la verdad y tristemente creo que es una actividad que ya es cotidiana, es normal, es aceptada
Digo "tristemente" porque a mí me parece SÚPER CREEPY andar buscando las redes sociales o acosar a los demás por diferentes medios. No lo entiendo y me parece creepy y cero halagador y me da un buen de cosa pensar que *casi* todas las personas lo ven normal, lo hacen y no les angustia en absoluto.


Tampoco les voy a mentir: De vez en cuando, sobre todo cuando estoy aburrida, me meto al perfil de twitter de Ingrid y veo el perfil de facebook de Jordan. Lo hago, a veces. Pero el sentimiento que me lleva a hacer eso es la curiosidad: Quiero saber si están bien, cómo les va, porque sé que no les voy a preguntar -en parte porque soy cobarde y en parte porque, ¿de verdad quiero hablar con ellos? lmao-

Pero de eso a cruzar la línea de irme a investigar por todo internet su vida y obra me parece impensable. Tal vez porque tengo esta idea de la división de la privacidad: Tal vez ellos tengan su Instagram sin candado y yo, desde las esquinas, pueda ver detalles de sus vidas. Pero no porque tenga esa "libertad" quiere decir que deba hacerlo.


Quiero decir, si es algo que ellos no me comparten, ¿Por qué chingados tengo que ir yo a buscarlo?



Imagen relacionada


Por otro lado:

Me siento acosada, perseguida y presionada cuando me están buscando por todos lados, cuando tienen todas mis cuentas aún sin que yo se las haya pasado. Es la realidad. Siempre intento ser honesta y ofrecer lo mejor que puedo tener, pero mi salud mental a veces no me lo permite. Otras veces simplemente no quiero, no estoy en la disposición, y al contrario de lo que mucha gente pueda creer, yo no le debo nada a nadie, así que la verdad es que agradezco mucho cuando las personas lo saben interpretar y me saben dejar en paz.

Viendo esta serie y considerando mis puntos de vista y tomando en cuenta lo que he vivido, la verdad es que el resultado es qUE LE VOY A PONER CANDADO A TODO, ALV.
¿Porque saben qué? La obsesión enfermiza del *conocimiento* es mucho peor que obsesionarte con alguien por la imagen que da. Esto es: Es más probable encontrarme a un loco desequilibrado que crea que soy algo de él por lo que puede leer en mi Twitter, en mi blog o Instagram, que encontrarme a alguien que piense lo mismo y se obsesione de sólo verme. Me he topado con hombres en la calle que se me acercan para hablarme e invitarme a salir, porque creen que soy bonita y así, pero al menos ninguno de ellos se ha obsesionado a tal punto de irme a seguir hasta mi casa en secreto o de ver con quiénes ando e investigarlos OMG se imaginan? El horror.



Internet es un arma de doble filo: Dejas que te conozcan y puedes conocer. ¿Pero qué tanto de nosotros queremos dejar que conozcan?


Yo soy un libro abierto: No me gusta mentir, no me gusta mantener apariencias o dividir mi persona. Y a veces externo cosas, quizás, ~demasiado~ personales pero lo hago en mi afán de ayudar a alguien allá afuera como me hubiera gustado que me ayudaran o me ofrecieran palabras de aliento o testimonios similares a lo que alguna vez viví.


Imagen relacionada



¿Qué tan Stalker eres tú?


Piénsalo. Yo nunca me lo había planteado, porque no creo que "stalkee" propiamente a las personas. Menos a las que no conozco. Pero cuando vi esa serie y vi en lo que terminó, me puse a pensar mucho en eso:

Joe, el protagonista, va justificando sus acciones. Te va explicando porqué cree que es lo correcto, porqué quiere salvar a la protagonista, Beck, y lo peor es que mientras la ves y lo escuchas piensas: "Es que sí tiene sentido, no es tan malo" y luego hace algo horrible y es como de OMG WHAAAT.


La obsesión no nos lleva a ningún lado agradable, amigos. Menos obsesionarte con las personas. Menos obsesionarte con parejas, artistas, ídolos, whatever. Miren lo que ha pasado con stalkers de famosos: Selena fue asesinada a tiros por la espalda por una. John Lennon también fue disparado a quema ropa por otro.


La obsesión que envuelve el deseo de poseer a alguien, de conocer a alguien, de llamar su atención, es peligrosa porque podemos *justificar* TODO. Y cuando justificamos todo lo que hacemos, hasta lo más culero y cruel, ahí habremos perdido el rastro de humanidad y DE SANIDAD MENTAL.


Los invito cordialmente a que no lo hagan.



Créanme, hay cosas que es mejor no saber.


domingo, 20 de enero de 2019

Mis cosas de bruja:

Después de varias horas discutiendo conmigo misma sobre lo que debía escribir y después de dos borradores, decidí que no iba a hablarles de mi vida personal y la agotadora manera en la que he estado pasando los últimos días.
No porque me dé por culo admitir y hablar de mis problemas. Más bien pienso que es cero interesante escribir ~nuevamente~ de mis problemas, cuando la gente que está acostumbrada a leer este blog o mi twitter o mi fb, o lo que sea, ya los conoce. Es el mismo cuento. Son problemas emocionales ya clásicos en mí. Es desgastante tener que revivirlos una y otra vez, cuando ya sé a qué conclusión voy a llegar y que si no salgo de aquí es porque aún requiero de tiempo y eso no lo puedo apurar. La sanación no es lineal. Además, estoy bien, no siempre pero lo llego a estar por una cantidad considerable de tiempo y eso es más de lo que puedo pedir, supongo.



En su lugar, mejor les voy a empezar a contar de dónde salió la idea de escribir esto. 


Sabrán -o no- que a veces tengo ciertas prácticas que podrían considerarse como brujería. Vamos a decirlo así. La práctico, no como religión, sino más bien como una rutina más, quizás no tan frecuente como debería/quisiera pero lo hago, desde hace un par de años, no muchos. Nunca hablo de esto con las personas porque sé que de inmediato todos ponen cara de O_o y se espantan.

La brujería, como yop, tiene su reputación. Una reputación mala. La gente puede ser muy prejuiciosa y yo, por lo general, prefiero ahorrarme las explicaciones. Me CHOCA tener que dar razones de lo que hago y soy y digo y creo y todo eso. Sobre todo cuando sé que es para que la otra persona termine igual saltando a sus conclusiones sin haberme puesto ni un ápice de atención.

Tengo muy pocos meses de haberme sentido lo suficientemente segura como para autodenominarme bruja sin sentir que estoy vendiéndole mi alma a un ser divino de ética cuestionable, y sin sentir que estoy loca.
Soy una mujer de ~bastante~ ciencia, pero también soy una mujer de ~bastante~ fe. En muchos sentidos, para mí, no existe la una sin la otra.


Aún así, son prácticas que realizo en la soledad de mi espacio privado. No comparto con nadie lo que hago, sólo saben que lo hago...

Hasta que un día, en la semana, me puse MUY borracha y por alguna razón creí que sería gracioso tomar una foto de lo que estaba haciendo y subirla a Instagram. 
Me arrepentí a las pocas horas de haberlo hecho y borré todo. Aún así me consta que la gente lo vio y se asustó.

Supongo que esto sirve como para ~EXPLICAR~ esta situación antes de que todo se salga de control como suele pasar cuando no pienso en lo que estoy haciendo ni las consecuencias gracias a demasiado alcohol en mi sangre.

Imagen relacionada



Así que aquí vap:



1.- La INICIACIÓN:



Resultado de imagen para sabrina spellman dark baptism gif




No tengo un alquerre, como en muchas películas/series/novelas. No pertenezco a ninguno, no he sido invitada, no conozco a otros practicantes, sin embargo, por alguna razón un libro de ~magia blanca~ llegó a mis manos a mis tiernos trece años. 
Lo leí, me pareció muy interesante y eso fue todo. Lo conservé. Prácticamente es de herencia, porque pertenece-ía a mi mamá. Mi mamá siempre fue una lectora ávida, leía muchas cosas, y muchos de los libros con los que me inicié en el mundo literario son de ella. Nunca me supo explicar porqué lo tenía, lo único que me dijo fue: "Me dio curiosidad".
Ella no la practica y yo en su momento, tampoco, porque #católicas temerosas del diosito Jehová.

Sin embargo, a mis veintiuno, algo me hizo regresar a ese libro. No sabría explicarlo. Una fuerza invisible, mi curiosidad, un impulso, la búsqueda de una motivación me invitó a caminar por aquellos lares...

Y empecé por hacer algo pequeñito de protección sobre un objeto. 


No firmé ningún libro de la Bestia, no sacrifiqué el primogénito de alguien ni vertí mi sangre sobre cinco cabezas de gallinas. No mantuve relaciones sexuales con algún demonio o en una orgía de brujas -aunque suena interesante eso de la orgía, tbh-. No renuncié a mis creencias ni vendí mi alma ni fragmenté mi humanidad.

En cualquier caso, tuve que leer mucho, investigar y documentarme lo mejor posible. 


Pero fuera de ello y que la practico por mi cuenta, no estoy a disposición de alguien o algo que no sea mi propia voluntad. Gracias a Diosita.



2.-Escobas voladoras, bolas de cristal, cartas del tarot y tablas ouija:


Imagen relacionada


No tengo nada de eso (bueno, la escoba sí, pero no sirve para volar. O sí, pero no vuelo con ella) 

Considero que no son territorios míos. No tengo la habilidad para leer el tarot ni leer el futuro en las bolas de cristal. Tampoco me contacto con los muertos para entablar charlas tensas y dramáticas con ellos. No hago "favores".

No porque no me guste -no me gusta-, sino más bien porque están fuera de mi alcance. No sé hacerlo, no me creo capaz de hacerlo, no le veo mucho el sentido.

Lo más que puedo hacer es darle una interpretación a los sueños que tengo con una frecuencia grosera y decir en mi mente: "Pofabo no me asustes" cuando me topo con algo que no es ~humano~ en cualquier momento del día. Los muertos pueden ser igual de latosos que los humanos.

Ni siquiera tengo un gato. Pero me encanta hablar con los animales y las plantitas. Creo que soy más Blanca Nieves que Fiona Goode.



3.- Venganzas, amarres y retorcer la realidad a mi favor:

Imagen relacionada



Podré tener muchos defectos pero nunca el de ser alguien injusta, así que nunca arremeto con la ~evidente~ ventaja que poseo frente a otros. 
No lo hago. 
¿Que si acomodo las circunstancias? Sí, eso sí. Pero nunca por berrinche o mera satisfacción personal. 
El karma es una perra, pero a veces es lenta. Cuando es necesario le doy un empujoncito. 

Nada muy oscuro ni muy macabro, nada que pueda comprometer mi humanidad y tampoco es como que tenga ganas de abrir el séptimo círculo del infierno para liberar sabrá Circe qué fuerza demoniaca para acabar con las personas -sí lo he considerado pero es mucho esfuerzo, me imagino-

Tampoco hago amarres de ningún tipo. No creo que doblegar la voluntad de alguien para cuál sea el propósito "benevolente" sea buena idea. 

A veces creo que soy demasiado jipi para considerarme bruja. Soy una bruja muy malita:c



4.-Si no haces vudú, lees las tazas de té o degollas perros, ¿Qué put** haces?

Resultado de imagen para harry potter gif



Es una pregunta muy válida. 

No mucho, en realidad. Como he dicho: Es una práctica que no realizo tan frecuente como quisiera o debería.

Lo que hago es mera protección.

Protejo mis cosas y al protegerlas me protejo a mí misma, sobre todo de los culeros pasados de v**ga. Protejo a mi familia, sobre todo a mi hermana y mi mamá. He protegido algunas pertenencias de algunas de mis amigas, no tantas como quisiera. OBVIAMENTE esto sin que lo sepan, porque si lo supieran me harían muchas preguntas y las preguntas demasiado efusivas me ponen nerviosa y ansiosa.

Hago también prácticas de sanación, aunque ésas están más difíciles de realizar sin que se percaten, lmao, así que las poquísimas que he llegado a hacer sobre otros son contadas con los dedos de una mano.




Y seguro que para este punto estarán pensando esto:


Resultado de imagen para harry potter gif


Y les aseguro que yo contestaría:

Resultado de imagen para harry potter gif




La brujería tiene ~muchas~ caras y yo prefiero ver la más amable e inofensiva de todas. En parte porque al no tener otras compañeras y/o maestras que me puedan enseñar, progresar por mi propia mano y a mi lento ritmo es un camino muy largo.


Sowy por haber roto sus expectativas. No soy la Suprema Darks que todos creyeron que era :c
Tampoco sé manipular el clima, hacer flotar los objetos pero practicar cierta brujería no me hace inútil, todavía me puedo defender y te puedo romper laNADA.


Supongo que no es tan glamouroso como pensaron, ¿eh? Pero tampoco es como que tenga muchas ganas de meterme más de cabeza al mundo oscuro. Ya de por sí sin necesidad de estas prácticas me pasan muchas cosas paranormales, ahora imagínense si sí fuera más constante y oscura.... Mmmm, nope, gracias.




Y bueno, yap. Sería todo.


Pofabo, no hagan nada que no conozcan, no se metan en p2, inVESTIGUEN MUCHO, sean conscientes y críticos y pofabo, no hagan amarres, es horrible :c



Imagen relacionada




sábado, 12 de enero de 2019

Te quiero yo, pero tú a mí no

Quizás si se nos hubiera enseñado a lidiar con el amor no correspondido, muchas cuestiones no las sufriríamos como actualmente las sufrimos. Y si somos perceptivos, nos damos cuenta de que por todos lados hay pedazos de historias en pinturas, películas, canciones, series, novelas, poemas y cómics que nos hablan de lo mismo, así que no es nuevo.

Como dice Olivia Newton John en Vaselina, "Supongo que el mío no es el primer corazón roto". Y aquí la situación, si la pensamos poquito con claridad, es que se nos ha inculcado que nuestro valor recae en la gente que nos quiere. Cuánta más gente te quiera, mejor. Cuánta más gente tú quieras y te quiera, mejor.
Porque ser amadx es lo mejor que te puede pasar y porque no hay pena más grande que amar y no ser amadx.


Dice Thalía "Amar sin ser amada, es una puñalada".

Ahí está su presión social. Ya no sólo no tenemos la angustia de que nos correspondan, sino de no quedar en ridículo frente a otros.
Porque eso significa no ser correspondidx. Una verguenza.

Imagen relacionada




A pesar de que hace un año les escribí sobre las mentiras del amor y que una de ellas era que el amor sólo contaba si te correspondían, a pesar de que continuamente los estoy invitando a que amen sin condiciones, sin importar si te regresan o no el amor, porque el amor es algo que nace en ti y muere en ti, a pesar de todo eso me DA UN TERROR INCALCULABLE el no ser correspondida. Como a cualquier otro mortal.
Me da mucho miedo demostrar mis sentimientos hacia alguien que -siempre existe la posibilidad- podría no sentir lo mismo que yo. Me controlaba. Intentaba mantenerme en un estado fresco y distante, que no viera tan fácil lo mucho que significaba para mí.

Se podría decir que el primer rompimiento que viví, allá por el 2008, más o menos, con el Jordan
-UNSALUDOSIMELEESPORCASUALIDAD-, fue por eso mismo. Porque era *evidente* que no era correspondida, al menos así me sentía yo.
Quería mucho de él, deseaba tenerlo más cerca y más cerca y poder compartir todo lo que se pudiera compartir y al final, esa NECEDAD (porque vamos a llamarla por lo que es, tenía trece años, a esa edad nadie sabe qué pedo. Ni yo ahorita con veintitrés sé qué onda), ese ardor de piel, ese fuego interno por quemarlo todo sí quemó todo. Y con ello, mis amistades en común, al amor que sentía por él y a mí misma.

Terminamos en malos términos o algo así, no recuerdo bien el asunto en cuestión porque lo bloqueé de mí. Eso sí: Recuerdo perfectamente las veces que lloré en el baño, sintiéndome estúpida, humillada, abandonada y sobre todo: RECHAZADA.

Había sido rechazada por la persona que yo pensé que era el amor de mi vida (LOL) y pensé que jamás volvería amar ni volverían a amarme y todo ya ahí se había acabado.


Resultado de imagen para tina and mike wedding



Después de eso, pasé mucho tiempo (Bueno, meses, en realidad) sin querer abrirme ante nadie más. Qué humillación. Yo lo había AMADO y él sólo me había querido. Ugh. La desgracia y el deshonor me llenaron.

Después de eso, tuve a mi noviecito y chalalá, y todo lo demás. El ardor de saberme des-amada, mal-amada, in-amada aún seguía en mi piel.
Y eso como que abrió un agujerito en mí, porque ahora no sólo estaba espantada por la posibilidad de no ser correspondida, sino por no saber corresponder y que la otra persona se sintiera igual de fatal que yo.


Y ustedes creerían que eso, a tan temprana edad -¿Quién sufre de desamor a los trece años? Sólo algún desequilibrado artista wannabe, como yop-, me ayudaría a elegir mejor mis relaciones y que aprendería a florecer en vez de empeñecerme para encajar y nop.

El miedo a no ser amada, a no ser correspondida y a no corresponder, me llevó a lugares muy oscuros, terribles, sinuosos, que en el mejor de los casos me dejó un par de curitas en la frente y cicatrices en las rodillas por las caídas.


Imagen relacionada




Tuve cuidado con mis sentimientos en cuanto a mis parejas, sin embargo, con mis amigues fue dónde terminé bajando la guardia y pasaron cosas terribles.


Desarrollé sentimientos románticos hacia uno de mis (ex) amigos, llamado José Luis. Y cuando me animé a confesarle cómo me sentía, en el entierro del padre de uno de nuestros amigos en común 
-tengo muy mal timing-, él fue muy amable cuando me rechazó. Lo acepté de buena gana porque igual ya me imaginaba que por su orientación le sería difícil corresponderme. Aún así tuve la necesidad de que él supiera lo que sentía por él para que tomara una decisión.

Esa vez no me sentí mal, en realidad. Estaba aliviada porque él sabía que me gustaba más que amigos y estaba aliviada de que me hubiera rechazado. Extraño, en verdad.

Luego el tipo se convirtió en un agresor sexual y me atacó y pues hijo del patriarcado culero, pero esa es otra historia.


Llegué también a sentir algo más por mi amiga Ale, una de mis mejores amigas de la preparatoria. Creo que ella es como un gatito, se parece a mí en ese aspecto. Es muy independiente y así. Cuando nos conocimos, nos hicimos amigas el mismo día y desde entonces la quise mucho. A veces pienso que la quise *tanto* que las cosas se confundieron para mí y exigía demasiado de ella, como si tuviera alguna obligación conmigo además de la de ser mi amiga.

Pero yo pensaba: Si yo la quiero tanto, si yo hago tanto por ella, ¿Por qué ella no puede hacer lo mismo? ¿Por qué no puede verme igual?

Y me obsesionaba con eso y la puse en un altar para admirarla y para venerar nuestra amistad. Con ella estaba MUY cómoda y podía hablar de todo lo que se me viniera a la mente. Pensé que si le demostraba que confiaba en ella, ella podría confiar en mí y pues GRASSO ERROR. Incluso en las amistades debe haber equilibrio, pero nunca nada es equitativo.

En este caso, idealicé tanto nuestra relación que terminé enamorándome poquito de algo que no era. Estaba tan cómoda que se me hizo fácil perder el control y perder de vista la realidad, borrar las líneas y volverlo todo muy ambiguo, porque de esa manera no importa mi intensidad, siempre hay lugar para mis dramas.

Imagen relacionada




Cuando sucedió que ella no estaba en el mismo renglón que yo, que ella no sentía lo mismo que yo ni me veía como yo a ella, todo se vino a abajo. Y me ofendí. ME OFENDÍ MUCHO. ¿Cómo es que después de todo lo que había hecho y había pasado y había *sentido* nada había cambiado?

Pues así es esto, Marianita del pasado. 

Amar mucho a alguien no es garantía de que nos amen mucho también.






Con todo ese historial mío, con todo lo que he vivido, ¿POR QUÉ AÚN ME CUESTA ENTENDER ESO?

Ha de ser la naturaleza humana o la cultura popular que me refuerza la idea de que soy lo que otros aman.

Pero me ha costado caro. Me costó todas esas relaciones y si me lo preguntan, no conservo contacto con ninguno de ellxs. -salvo con Ale, de vez en cuando intercambiamos tweets-


¿Por qué entonces siento que se me desinfla el corazón del puro desencanto cuando pienso lo que pasó con Karli?

Porque eso pasó, amigos. Ella no me correspondía, por razones que ella sólo conoce y que jamás se atreverá a admitir. Ella no lo hacía, por mucho que ella dijera que me amaba, que yo era su mejor amiga, que ella no me iba a dejar, que íbamos a estar bien, al final resultó que nada de eso era cierto. O no era suficiente.

No fue suficiente para mí. No podía seguir alimentando mi corazón y mis sentimientos y mis pensamientos y mis ganas con promesas vacías, caducas, indiferentes. Pero precisamente y es lo que me he preguntado durante todos estos años de ser amigas... ¿Por qué es tan difícil y duele tanto ser *amigas*?

La amistad no debería ser así. No es así.


Y AQUÍ ES DONDE CAIGO EN CUENTA DE NUEVO.

Envenené nuestra relación con mis sentimientos fuera de lugar, esa noche de diciembre de hace muchos años. 
Envenené nuestra amistad con mi insistencia, con mi imprudencia y con mi impaciencia. Exigí de más. Esperé de más. Deseé tanto de ella, de tantas maneras, que la negación, la lentitud, la frialdad me dolieron, me rompieron. Ella nunca podría haberme roto el corazón si yo no se lo hubiera entregado, en un principio. 

Ella también hizo cosas malas y también envenenó nuestra relación con sus errores y sus negativas y sus problemas y al final, aparentemente la atracción que ejerzco sobre los problemas fue demasiada.

Yo la amaba y ella también me amaba pero teníamos maneras bien diferentes de demostrarlo.


Resultado de imagen para yukito y sakura



Pensé que si la amaba más, por las dos, podríamos salir adelante y ser tan amigas como siempre. Pensé que si cerraba los ojos y volteaba a otro lado, hacia mis demás amigos, hacia el mimors, hacia mi familia, hacia mí misma, mis problemas y el frágil hilo que se tensaba entre ella y yo, desaparecerían.


Nada se desvaneció y en su lugar, me explotó en la cara. Es un tema que ya no hablo con nadie, porque sé la opinión de los que conocen esta historia y que su única exclamación que me hace sentir desolada es el "Ay, Marianita :c"



Porque sí, Ay, Marianita, pobre de ti que ni tu mejor amiga te pueda corresponder.








sábado, 5 de enero de 2019

Amiga, date cuenta


¿Hasta qué punto tenemos que llegar para darnos cuenta?

Yo estuve un año completo pensando que me iba a morir de tristeza cada noche pero cuando llegaba la mañana tenía la fe de que no fuera así. Estuve un año entero sintiendo que se me iban las ganas de vivir. Estuve un año entero en un vaivén violento entre estar confundida y triste y enojada y ofendida.
Estuve enojada con todos, con la vida, con mis papás por haberme traído a esta existencia, con mis amigas por no haberme advertido desde antes, con todos los libros que había leído porque ninguno me arreglaba el corazón roto.
Estuve enojada con todos, menos con ella.


Las cosas habían cambiado para mí. Estaba viviendo por mi cuenta, con Fany. Estaba trabajando, haciéndome un lugar en el mundo. Legalmente ya me podían ejecutar en cualquier país con la pena de muerte.
Pero yo estaba aferrada a la que una vez había sido y lo que alguna vez había tenido.

Quería a mi mejor amiga. La necesitaba. ¿Para qué? No sé. Yo sólo sentía que me moría sin ella. A pesar de todo, de nuestros malos entendidos, de que toda la escuela malinterpretaba nuestra relación de amistad, de lo abstracto de mis sentimientos, de su paciencia, de mi imprudencia y de mis ganas de que esto funcionara; a pesar de que discutimos varias veces por culpa de terceros, a pesar de que me abandonó por conservar su relación de pareja en buen estado y a pesar de que me peleé con casi *todxs* mis amigxs porque ellos me veían mal y me decían, me insistían, que no valía la pena, que ella no me correspondía y que yo no debía quedarme en donde me trataban como segundo plato, como la otra. A pesar de eso yo estaba aferradísima a que funcionara nuestra amistad.

Una vez, hace varios años, había funcionado así. A pesar de todo. Y nos llevábamos muy bien y estábamos muy felices y cómodas y todo fluía.

¿Por qué ahora ya no?

¿Qué cambió?








No estoy segura.

Escribí sobre ella en el recuento del 2018 y cuando lo releí, me sentí súper falsa. Soy una mentirosa. Todo lo que escribí de ella es pura exageración, es falso, es de cartón. Me sentí terrible. ¿Desde cuándo escribía cosas que no sentía? ¿Qué ganaba yo con eso?
En su momento lo sentí ideal y normalmente no me arrepiento de lo que escribo. Cuando llego a hacerlo es porque me paso de culera y no al revés. Esta vez sí fue al revés. Me arrepentía porque cada palabra de amors no era amors de verdad. Consideré seriamente regresar y editarlo. Borrar esa parte y alv.

No lo hice, porque uno de mis propósitos de año nuevo es ya no borrar lo que escribo cada que me entra la ansiedad.




Imagen relacionada



Desperté con un vacío en mi corazón. Tenía varias semanas así. No quise decirle a nadie porque no sabía de dónde venía. No quise admitir la verdad: Que esta amistad ya estaba en pedazos, incluso antes de que yo intentara rescatarla.
Pensé que valdría la pena arriesgarse y meter las manos al fuego para salvar lo que pudiera.

Y aposté todo.


Aposté mi dignidad, mi orgullo. Aposté mis sentimientos, mi corazón, mi salud mental y mi dinero. Aposté mi tiempo y mis ganas. Aposté las opiniones de mis amigas, que sé que vienen de un lugar de amor verdadero.


Aposté todo, pensando que podría hacer alguna diferencia. Aposté todo pensando que con esto ella me querría bien. Me amaría igual que antes. Que podríamos regresar a lo que una vez tuvimos. Que todo eso que vivimos y sentimos regresaría a ser como esos días de octubre del 2017.
Que yo volvería a sentirme segura en sus manos. Que todo iba a estar bien.


Que por fin iba a tener *todo* lo que yo tanto quería.
Que por fin iba a estar completa, rodeada de los que tanto amo.



Y nel.


Imagen relacionada





Perdí todo.

Perdí mil pesos y perdí mis noches de descanso, pensando en cosas que no tienen solución. Perdí la paciencia de mis amigas. Perdí mi confianza en sus palabras. Perdí mi honestidad literaria.

Me perdí a mí misma un poquito, persiguiendo a alguien que no quería ser perseguida.



Y me siento muy tonta y humillada y estúpida.


Pero al menos lo intenté, ¿No? Y ya con eso.


Imagen relacionada



Las palabras ya no alcanzan para llenar los espacios que permitimos crecer entre ausencias, llamadas perdidas, sitios sin visitar, ojos que ya no miran. Memes que ya no están. Música que aún conserva nuestra esencia, nuestras caras y lo que alguna vez sentimos por la otra.

No dudo que me ame. Muy a su manera lo hizo y por eso le agradezco. No dudo de que la amé, muy a mi manera lo hice. Como mejor pude. Ella era mi mejor amiga y crecí con ella y viví de todo. Fui muy feliz con ella, y por ella y también fui muy triste con ella y por ella. Rehizo mi corazón y el hilo de su presencia por siempre estará insertado en centímetros de mi piel.

Pero hay que dejar ir. Yo no quería dejarla ir, nunca lo he querido. Pero he llegado a un punto en el que cualquier cosa que haga significa abandonarme a mí misma y eso ya no puedo. Ya no puedo dejarme a mí misma.

¿Qué más puedo decir?


¿Qué otra cosa real siento y pienso con todo esto?

Me siento muy triste en este momento y sé que quizás me cueste mucho dormir las siguientes semanas. Pero tengo fe de que con la luz de la mañana llegarán nuevas cosas y al final, ella y yo estaremos bien, cada quién con su vida, con su familia, con sus amigas, con sus parejas y con nosotras mismas.

Imagen relacionada


Y creo que en esta situación de la vida, eso es lo más que puedo pedir.