No tengo candado en mi cuenta de Instagram, ni mucho menos en mi @ de Twitter. Comparto detalles de mi vida personal en este blog y sus ediciones pasadas. Comparto detalles de mis pensamientos o sentir sobre las situaciones de la vida en Facebook. Mi teléfono ni siquiera está bloqueado y dentro de él están todas las cuentas abiertas: La de Netflix, la de Spotify, la de Twitter, Instagram, Facebook y el Outlook. Creo que la única que tengo que estar metiendo la contraseña es la de Bancamóvil y sólo porque la aplicación solita se sale alv.
Nunca había pensado con detenimiento lo peligroso que puede resultar esto y a pesar de que la gente me ha advertido sobre los candados y así, hasta el mimors me dijo que bloqueara el teléfono, me cuesta trabajo ponerme seria y asegurar todas mis cuentas y dispositivos porque me da mucha ansiedad pensar que se me pueden olvidar las contraseñas y/o patrones y entonces todo valdrá patria entera.
Nunca, en los años que tengo conviviendo con la tecnología así de cerca, nunca, ni siquiera cuando he vivido episodios de ~stalkers~ que encuentran mis cuentas, nunca pensé que fuera tan importante o que debía ser más precavida. Nunca, de verdad.
No fue sino hasta que vi la recién estrenada serie de Netflix, "You", que lo entendí. Llevaba apenas veinte minutos del capítulo piloto cuando pensé: "M-I-E-R-D-A, estoy jodida".
Y no se crean tanto, también siento paranoia pero creo que se reduce a mera información más fija, como mi dirección o mi número de teléfono. No me gusta que la gente sepa dónde vivo, porque me pueden buscar directamente ahí. No me gusta que la gente tenga mi número de teléfono porque pueden llamarme directamente ahí. Sin obstáculos, sin medidas de protección, me pueden encontrar. También tengo tapadas las cámaras de mis dos laptops y procuro tapar la cámara frontal de mi celular.
¿Por qué con las redes sociales las veo más inofensivas? Quizás porque es por elección. Quiero decir, yo elijo qué compartir y qué no. Qué fotos subo a Instagram y qué fotos subo a Twitter. Qué escribo en mi blog y a quién acepto en Facebook.
Y llegué a un punto en el que me emputaba que la gente tuviera sus cuentas con candado porque me parecía -creo que todavía- insufrible. Como hacerse los misteriosos, los interesantes. ¿Es así? ¿Abres tu propio espacio en la internetz, un sitio pÚBLICO, y aún así decides *NO* hacerlo público?
?????
No hay ni un gramo de lógica en eso. Nada.
¿Entonces para qué abren Instagram si no permitirán que sus fotos abunden en el Feed de alguien más? O en los Hashtags de los demás.
¿Qué tipo de información privilegiada comparten por Twitter que los demás no podemos ver?
¿Cuál es ese misterio? ¿Quién eres tú para ponerle cerradura a algo ~abierto~?
Pero luego de ver esa serie me quedó claro y pienso en lo que he vivido con algunos LOCXS de internet y pienso:
Qué fácil es encontrarme y saber muchas cosas de mí.
Y sobre todo:
Qué fácil es para alguien obsesionarse con alguien que tiene todo al aire, sin cortinas ni rejas ni nada.
Pero, ¿En qué punto nos convertimos en Stalkers? ¿En qué punto nos intenseamos por saber la vida de los demás? ¿Qué hay de interesante, qué queremos ganar con ello?
Pienso mucho en eso y pienso mucho en algunas situaciones que he vivido:
Lo último que puedo evocar es de la novia celópata de una ex amiga que encontró, NO SÉ CÓMO, mi cuenta de twitter.
Háganme el favor. ¿Cómo lo encontró, si ninguna de mis cuentas está enlazada? Ni siquiera tengo mi nombre y en los últimos meses he estado cambiando mi arroba.
Por la gracia de Atenea, no tengo idea de cómo pudo haber llegado hasta mi cuenta y lo que sacó de ese encuentro fue caos que terminó rompiendo mi relación de amistad con esta chica.
Usó MIS palabras y mis cosas contra mí. Y aunque no dije nada malo ni me arrepiento de algo, sí fue muy culero.
También pienso en el chico escritor que conocí por twitter y que después me mandó mensaje por messenger luego de HABER BUSCADO MI CUENTA DE FB a la que nunca le di acceso ni lo acepté. Me escribía por tuiter y por messenger. Me caía bien pero a los dos o tres días de platicar me dijo que le gustaba mucho y yo así de: MMMMM DUDE, PLZ NO. Yo le dije que no le podía corresponder pero que podíamos ser amigos, eso le ofrecí y eso aceptó. Pero su comportamiento se volvió muy errático, al punto de hablarme diario, cada ocho horas. Literalmente desde que se levantaba hasta que se dormía. Y empezó a decir cosas raras como que el mimors era su "rival de amores" y OMG QUÉ INSUFRIBLE QUE CREA QUE SOY UN PREMIO A GANAR. Lo peor vino cuando me bloqueaba por días, porque se enojaba que yo estuviera con alguien más, y no me decía nada. Y yo ahí como mensa preguntándole que qué carajos tenía.
Esa amistad se terminó porque yo ya no quería seguir en su montaña rusa, así que le dije que mejor ahí la dejáramos y bai.
Sin embargo, la historia no paró ahí. ENCONTRÓ MI INSTAGRAM, no sé cómo ni por qué. Y veía mis historias. Luego de al menos tres años, a veces todavía se mete a mi instagram y ve lo que pongo. No sé si sigue leyendo este blog, si sí, TÚ SABES QUIÉN ERES.
Por la gracia de Atenea, no tengo idea de cómo pudo haber llegado hasta mi cuenta y lo que sacó de ese encuentro fue caos que terminó rompiendo mi relación de amistad con esta chica.
Usó MIS palabras y mis cosas contra mí. Y aunque no dije nada malo ni me arrepiento de algo, sí fue muy culero.
También pienso en el chico escritor que conocí por twitter y que después me mandó mensaje por messenger luego de HABER BUSCADO MI CUENTA DE FB a la que nunca le di acceso ni lo acepté. Me escribía por tuiter y por messenger. Me caía bien pero a los dos o tres días de platicar me dijo que le gustaba mucho y yo así de: MMMMM DUDE, PLZ NO. Yo le dije que no le podía corresponder pero que podíamos ser amigos, eso le ofrecí y eso aceptó. Pero su comportamiento se volvió muy errático, al punto de hablarme diario, cada ocho horas. Literalmente desde que se levantaba hasta que se dormía. Y empezó a decir cosas raras como que el mimors era su "rival de amores" y OMG QUÉ INSUFRIBLE QUE CREA QUE SOY UN PREMIO A GANAR. Lo peor vino cuando me bloqueaba por días, porque se enojaba que yo estuviera con alguien más, y no me decía nada. Y yo ahí como mensa preguntándole que qué carajos tenía.
Esa amistad se terminó porque yo ya no quería seguir en su montaña rusa, así que le dije que mejor ahí la dejáramos y bai.
Sin embargo, la historia no paró ahí. ENCONTRÓ MI INSTAGRAM, no sé cómo ni por qué. Y veía mis historias. Luego de al menos tres años, a veces todavía se mete a mi instagram y ve lo que pongo. No sé si sigue leyendo este blog, si sí, TÚ SABES QUIÉN ERES.
No lo entiendo, la verdad y tristemente creo que es una actividad que ya es cotidiana, es normal, es aceptada.
Digo "tristemente" porque a mí me parece SÚPER CREEPY andar buscando las redes sociales o acosar a los demás por diferentes medios. No lo entiendo y me parece creepy y cero halagador y me da un buen de cosa pensar que *casi* todas las personas lo ven normal, lo hacen y no les angustia en absoluto.
Tampoco les voy a mentir: De vez en cuando, sobre todo cuando estoy aburrida, me meto al perfil de twitter de Ingrid y veo el perfil de facebook de Jordan. Lo hago, a veces. Pero el sentimiento que me lleva a hacer eso es la curiosidad: Quiero saber si están bien, cómo les va, porque sé que no les voy a preguntar -en parte porque soy cobarde y en parte porque, ¿de verdad quiero hablar con ellos? lmao-
Pero de eso a cruzar la línea de irme a investigar por todo internet su vida y obra me parece impensable. Tal vez porque tengo esta idea de la división de la privacidad: Tal vez ellos tengan su Instagram sin candado y yo, desde las esquinas, pueda ver detalles de sus vidas. Pero no porque tenga esa "libertad" quiere decir que deba hacerlo.
Quiero decir, si es algo que ellos no me comparten, ¿Por qué chingados tengo que ir yo a buscarlo?
Por otro lado:
Me siento acosada, perseguida y presionada cuando me están buscando por todos lados, cuando tienen todas mis cuentas aún sin que yo se las haya pasado. Es la realidad. Siempre intento ser honesta y ofrecer lo mejor que puedo tener, pero mi salud mental a veces no me lo permite. Otras veces simplemente no quiero, no estoy en la disposición, y al contrario de lo que mucha gente pueda creer, yo no le debo nada a nadie, así que la verdad es que agradezco mucho cuando las personas lo saben interpretar y me saben dejar en paz.
Viendo esta serie y considerando mis puntos de vista y tomando en cuenta lo que he vivido, la verdad es que el resultado es qUE LE VOY A PONER CANDADO A TODO, ALV.
¿Porque saben qué? La obsesión enfermiza del *conocimiento* es mucho peor que obsesionarte con alguien por la imagen que da. Esto es: Es más probable encontrarme a un loco desequilibrado que crea que soy algo de él por lo que puede leer en mi Twitter, en mi blog o Instagram, que encontrarme a alguien que piense lo mismo y se obsesione de sólo verme. Me he topado con hombres en la calle que se me acercan para hablarme e invitarme a salir, porque creen que soy bonita y así, pero al menos ninguno de ellos se ha obsesionado a tal punto de irme a seguir hasta mi casa en secreto o de ver con quiénes ando e investigarlos OMG se imaginan? El horror.
Internet es un arma de doble filo: Dejas que te conozcan y puedes conocer. ¿Pero qué tanto de nosotros queremos dejar que conozcan?
Yo soy un libro abierto: No me gusta mentir, no me gusta mantener apariencias o dividir mi persona. Y a veces externo cosas, quizás, ~demasiado~ personales pero lo hago en mi afán de ayudar a alguien allá afuera como me hubiera gustado que me ayudaran o me ofrecieran palabras de aliento o testimonios similares a lo que alguna vez viví.
¿Qué tan Stalker eres tú?
Piénsalo. Yo nunca me lo había planteado, porque no creo que "stalkee" propiamente a las personas. Menos a las que no conozco. Pero cuando vi esa serie y vi en lo que terminó, me puse a pensar mucho en eso:
Joe, el protagonista, va justificando sus acciones. Te va explicando porqué cree que es lo correcto, porqué quiere salvar a la protagonista, Beck, y lo peor es que mientras la ves y lo escuchas piensas: "Es que sí tiene sentido, no es tan malo" y luego hace algo horrible y es como de OMG WHAAAT.
La obsesión no nos lleva a ningún lado agradable, amigos. Menos obsesionarte con las personas. Menos obsesionarte con parejas, artistas, ídolos, whatever. Miren lo que ha pasado con stalkers de famosos: Selena fue asesinada a tiros por la espalda por una. John Lennon también fue disparado a quema ropa por otro.
La obsesión que envuelve el deseo de poseer a alguien, de conocer a alguien, de llamar su atención, es peligrosa porque podemos *justificar* TODO. Y cuando justificamos todo lo que hacemos, hasta lo más culero y cruel, ahí habremos perdido el rastro de humanidad y DE SANIDAD MENTAL.
Los invito cordialmente a que no lo hagan.
Créanme, hay cosas que es mejor no saber.