Después de varias horas discutiendo conmigo misma sobre lo que debía escribir y después de dos borradores, decidí que no iba a hablarles de mi vida personal y la agotadora manera en la que he estado pasando los últimos días.
No porque me dé por culo admitir y hablar de mis problemas. Más bien pienso que es cero interesante escribir ~nuevamente~ de mis problemas, cuando la gente que está acostumbrada a leer este blog o mi twitter o mi fb, o lo que sea, ya los conoce. Es el mismo cuento. Son problemas emocionales ya clásicos en mí. Es desgastante tener que revivirlos una y otra vez, cuando ya sé a qué conclusión voy a llegar y que si no salgo de aquí es porque aún requiero de tiempo y eso no lo puedo apurar. La sanación no es lineal. Además, estoy bien, no siempre pero lo llego a estar por una cantidad considerable de tiempo y eso es más de lo que puedo pedir, supongo.
En su lugar, mejor les voy a empezar a contar de dónde salió la idea de escribir esto.
Sabrán -o no- que a veces tengo ciertas prácticas que podrían considerarse como brujería. Vamos a decirlo así. La práctico, no como religión, sino más bien como una rutina más, quizás no tan frecuente como debería/quisiera pero lo hago, desde hace un par de años, no muchos. Nunca hablo de esto con las personas porque sé que de inmediato todos ponen cara de O_o y se espantan.
La brujería, como yop, tiene su reputación. Una reputación mala. La gente puede ser muy prejuiciosa y yo, por lo general, prefiero ahorrarme las explicaciones. Me CHOCA tener que dar razones de lo que hago y soy y digo y creo y todo eso. Sobre todo cuando sé que es para que la otra persona termine igual saltando a sus conclusiones sin haberme puesto ni un ápice de atención.
Tengo muy pocos meses de haberme sentido lo suficientemente segura como para autodenominarme bruja sin sentir que estoy vendiéndole mi alma a un ser divino de ética cuestionable, y sin sentir que estoy loca.
Soy una mujer de ~bastante~ ciencia, pero también soy una mujer de ~bastante~ fe. En muchos sentidos, para mí, no existe la una sin la otra.
Aún así, son prácticas que realizo en la soledad de mi espacio privado. No comparto con nadie lo que hago, sólo saben que lo hago...
Hasta que un día, en la semana, me puse MUY borracha y por alguna razón creí que sería gracioso tomar una foto de lo que estaba haciendo y subirla a Instagram.
Me arrepentí a las pocas horas de haberlo hecho y borré todo. Aún así me consta que la gente lo vio y se asustó.
Supongo que esto sirve como para ~EXPLICAR~ esta situación antes de que todo se salga de control como suele pasar cuando no pienso en lo que estoy haciendo ni las consecuencias gracias a demasiado alcohol en mi sangre.
Así que aquí vap:
1.- La INICIACIÓN:
No tengo un alquerre, como en muchas películas/series/novelas. No pertenezco a ninguno, no he sido invitada, no conozco a otros practicantes, sin embargo, por alguna razón un libro de ~magia blanca~ llegó a mis manos a mis tiernos trece años.
Lo leí, me pareció muy interesante y eso fue todo. Lo conservé. Prácticamente es de herencia, porque pertenece-ía a mi mamá. Mi mamá siempre fue una lectora ávida, leía muchas cosas, y muchos de los libros con los que me inicié en el mundo literario son de ella. Nunca me supo explicar porqué lo tenía, lo único que me dijo fue: "Me dio curiosidad".
Ella no la practica y yo en su momento, tampoco, porque #católicas temerosas del diosito Jehová.
Sin embargo, a mis veintiuno, algo me hizo regresar a ese libro. No sabría explicarlo. Una fuerza invisible, mi curiosidad, un impulso, la búsqueda de una motivación me invitó a caminar por aquellos lares...
Y empecé por hacer algo pequeñito de protección sobre un objeto.
No firmé ningún libro de la Bestia, no sacrifiqué el primogénito de alguien ni vertí mi sangre sobre cinco cabezas de gallinas. No mantuve relaciones sexuales con algún demonio o en una orgía de brujas -aunque suena interesante eso de la orgía, tbh-. No renuncié a mis creencias ni vendí mi alma ni fragmenté mi humanidad.
En cualquier caso, tuve que leer mucho, investigar y documentarme lo mejor posible.
Pero fuera de ello y que la practico por mi cuenta, no estoy a disposición de alguien o algo que no sea mi propia voluntad. Gracias a Diosita.
2.-Escobas voladoras, bolas de cristal, cartas del tarot y tablas ouija:
No tengo nada de eso (bueno, la escoba sí, pero no sirve para volar. O sí, pero no vuelo con ella)
Considero que no son territorios míos. No tengo la habilidad para leer el tarot ni leer el futuro en las bolas de cristal. Tampoco me contacto con los muertos para entablar charlas tensas y dramáticas con ellos. No hago "favores".
No porque no me guste -no me gusta-, sino más bien porque están fuera de mi alcance. No sé hacerlo, no me creo capaz de hacerlo, no le veo mucho el sentido.
Lo más que puedo hacer es darle una interpretación a los sueños que tengo con una frecuencia grosera y decir en mi mente: "Pofabo no me asustes" cuando me topo con algo que no es ~humano~ en cualquier momento del día. Los muertos pueden ser igual de latosos que los humanos.
Ni siquiera tengo un gato. Pero me encanta hablar con los animales y las plantitas. Creo que soy más Blanca Nieves que Fiona Goode.
3.- Venganzas, amarres y retorcer la realidad a mi favor:
Podré tener muchos defectos pero nunca el de ser alguien injusta, así que nunca arremeto con la ~evidente~ ventaja que poseo frente a otros.
No lo hago.
¿Que si acomodo las circunstancias? Sí, eso sí. Pero nunca por berrinche o mera satisfacción personal.
El karma es una perra, pero a veces es lenta. Cuando es necesario le doy un empujoncito.
Nada muy oscuro ni muy macabro, nada que pueda comprometer mi humanidad y tampoco es como que tenga ganas de abrir el séptimo círculo del infierno para liberar sabrá Circe qué fuerza demoniaca para acabar con las personas -sí lo he considerado pero es mucho esfuerzo, me imagino-
Tampoco hago amarres de ningún tipo. No creo que doblegar la voluntad de alguien para cuál sea el propósito "benevolente" sea buena idea.
A veces creo que soy demasiado jipi para considerarme bruja. Soy una bruja muy malita:c
4.-Si no haces vudú, lees las tazas de té o degollas perros, ¿Qué put** haces?
Es una pregunta muy válida.
No mucho, en realidad. Como he dicho: Es una práctica que no realizo tan frecuente como quisiera o debería.
Lo que hago es mera protección.
Protejo mis cosas y al protegerlas me protejo a mí misma, sobre todo de los culeros pasados de v**ga. Protejo a mi familia, sobre todo a mi hermana y mi mamá. He protegido algunas pertenencias de algunas de mis amigas, no tantas como quisiera. OBVIAMENTE esto sin que lo sepan, porque si lo supieran me harían muchas preguntas y las preguntas demasiado efusivas me ponen nerviosa y ansiosa.
Hago también prácticas de sanación, aunque ésas están más difíciles de realizar sin que se percaten, lmao, así que las poquísimas que he llegado a hacer sobre otros son contadas con los dedos de una mano.
Y seguro que para este punto estarán pensando esto:
Y les aseguro que yo contestaría:
La brujería tiene ~muchas~ caras y yo prefiero ver la más amable e inofensiva de todas. En parte porque al no tener otras compañeras y/o maestras que me puedan enseñar, progresar por mi propia mano y a mi lento ritmo es un camino muy largo.
Sowy por haber roto sus expectativas. No soy la Suprema Darks que todos creyeron que era :c
Tampoco sé manipular el clima, hacer flotar los objetos pero practicar cierta brujería no me hace inútil, todavía me puedo defender y te puedo romper laNADA.
Supongo que no es tan glamouroso como pensaron, ¿eh? Pero tampoco es como que tenga muchas ganas de meterme más de cabeza al mundo oscuro. Ya de por sí sin necesidad de estas prácticas me pasan muchas cosas paranormales, ahora imagínense si sí fuera más constante y oscura.... Mmmm, nope, gracias.
Y bueno, yap. Sería todo.
Pofabo, no hagan nada que no conozcan, no se metan en p2, inVESTIGUEN MUCHO, sean conscientes y críticos y pofabo, no hagan amarres, es horrible :c
No hay comentarios.:
Publicar un comentario